Yo fumaba desde la pre-adolescencia. Hice dos intentos, que al final, se convirtieron en humo, nunca mejor dicho.
La última vez, en el año 2013, utilicé un antiguo cigarrillo electrónico, y la verdad, me ayudó muchísimo y estuve casi 2 años sin fumar, pero un día caí en la tentación.
Sabía que en algún momento después de 30 años enganchada a este diablo con forma de tubo, tenía que dejarlo. Sé que los pulmones regeneran más rápido hasta los 40 años, y ese momento había llegado. Pero no me veía capaz ni con ganas de dejarlo.
Un domingo, el 2 de Febrero de este año 2020, me desperté y me puse a hacer limpieza en mi habitación. Entre mis cosas, apareció un aparatito de vapeo, que me compré en alliexpress, y que no llegué ni a utilizar.
Lo saqué de su caja, probé las baterías que había comprado, pero no, no funcionaba. Me aparecieron dos líquidos para el aparato que estaban precintados todavía, que compré en el estanco en su momento, pero claro, sin batería...
Y sin pensármelo siquiera (soy así de impulsiva, ya me conocéis) me decidí: voy a vapear y a intentar dejar de fumar.
Así que ni corta ni perezosa, me metí en Amazon, y busqué en plena mañana de domingo, algún "cigarrillo electrónico" (es lo que yo conocía, más adelante trataré con detalle varios detalles de las cosas que he aprendido) y encontré un aparato que parecía muy chulo, bien de precio, con líquidos (eso sí, sin nicotina) y con envío el mismo día: a las 18h de la tarde lo tenía en casa.
Mientras esperaba mi nuevo aparato con ansia y entre cigarro y cigarro, empecé a investigar sobre dejar de fumar y sobre el vapeo, aunque tengo que confesar, que no tenía todas conmigo, fue una decisión impulsiva sin haberla razonado ni digerido. Lo que tenía claro en el momento en que compré este aparato en amazon, es que si volvía a hacer como anteriormente, que me compré el que no tenía batería funcional en su momento, y cuando llegó un mes más tarde, mi intención de dejar de fumar se había volatilizado.
Os puedo explicar que el primer día, domingo, con todo cerrado, utilicé para vapear uno de los líquidos que tenía guardados, elegí el mentolado (tengo otro de fresa) porque yo fumaba tabaco mentolado. Apenas notaba sabor, pero sí me saciaba bastante. De un principio era el adecuado, lo había comprado en un comercio y estaba a 9mg de nicotina por asesoramiento, era lo que en la tienda teóricamente me correspondía por mi adicción tabaquil respecto a la cantidad que fumaba, que era poco más de 1 paquete al día.
El primer día, ya empecé con dolores de cabeza tremendos, dolor de garganta, y era muy duro vapear ese líquido, hasta que el tercer día se volvió insostenible. ¿Por qué? por varias razones: aunque el líquido no estaba caducado, la oxidación de la nicotina es evidente, y cuando se oxida, me rasca. Porque la graduación de nicotina para mí era excesiva, y porque hay que beber mucha agua.
Aprendí que en el tabaco, ponen analgésicos...sí sí, analgésicos!!!! los muy listos nos evitan de este modo, el dolor de garganta y de cabeza que yo ya empezaba a experimentar. Con esto, busqué asesoramiento en un youtuber que me dio mucha confianza y que a día de hoy, se ha convertido en mi amigo. Gracias a él, puedo decir, que soy EX-FUMADORA.
El segundo día, ya me fui a una tienda a comprar un líquido más de mi agrado, que ya comentaré en su momento.
Cuando bajé la nicotina a 6, tiré por el retrete lo que me quedaba en el tanque del aparato del líquido mentolado (al recuperar el gusto y el olfato, noté de un día para otro el tremendo sabor a mentol que se me hacía insoportable) y cambié al nuevo líquido, todo mejoró.
El cuarto día, se me destapó un oído que me estaba dando muchos problemas. Tantos, que me han hecho más de 10 pruebas, y cuando termine el estado de Alerta por la COVID-19, me darán los resultados. A la semana, ya no tenía esa tos constante, la cual no me daba cuenta que existía, solo cuando hablaba por teléfono, que ahí sí prestaba atención a que no podía estar más de 2 minutos sin emitir una pequeña tos involuntaria para aclarar mi garganta. Y sin querer ser desagradable, la mucosidad eterna de mi garganta, también pasó a mejor vida.
Desde entonces, gracias al vapeo, y gracias a haber encontrado a mi ahora amigo-padrino, tener un asesoramiento brutal, y mis ganas natas de investigar y aprender y saber lo máximo posible, me encuentro genial, mi salud ha mejorado muchísimo, y no estoy atada a esos cigarrillos que tanto daño hacen.
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